domingo, 11 de octubre de 2015

título

abro los ojos, no sé qué hora es, no sé a qué hora me acosté, no sé si me he acostado
busco papel, boquillas, tabaco, me lío un cigarro, y pienso: es lo más coherente que voy a hacer en todo el día. 
Qué gracia
me da vueltas la cabeza, no sé si es resaca, por beber, por fumar, por respirar
no me lo planteo, tampoco me interesa, no hay nadie delante, no hay que disimular
cuándo se irán todas estas noches?, pienso 
sería la salvación, me digo
Me he dado cuenta de que es la vida la que se fuma mi tabaco esperando que haga algo
Qué gracia

que el dolor inspire a la tristeza
que la tristeza inspire el llanto
que el llanto acompañe al alcohol
que el alcohol sepa a ti

el problema de convertir la felicidad en una competición, con otra persona y contigo mismo.
una competición donde tienes que ser el mejor y el peor, el más feliz y el más triste
joderte la vida porque quieres ganar, porque no existe estabilidad, porque hay que jugar
a un puto juego agotador donde siempre es tu turno en la ruleta rusa, donde la bala siempre es
contra ti mismo. y te vuelas la cabeza, todos los días, porque sí.
encontrarse mientras te pierdes, quemándote, y quieres decir No.
equilibrio inexistente, y luchas contra ti, contra todos, soñando en tu cama
que te recuerda que eres tan fuerte y tan débil al mismo tiempo, las cosas que salen y las que duelen.
acumular resacas sintiendo que es la única paz mental que vas a tener, porque sí.
porque es así.
rozar límites una y otra vez

¿cómo vas a vivir buenas historias si ni te acuerdas de cómo escribirlas?