Me quema el sol nada más despertar, pero la ventana está cerrada
Siento la habitación llena de humo, denso y negro, y casi no te veo, teniéndote al lado
pero no puedo evitar mirarte a la cara y verme caer a mi mismo, en tus ojos, desde lo alto, desde fuera
y me río, intento encontrar un pensamiento cuerdo, pero no sé dónde, ni recuerdo cómo
me digo a mí mismo; sigues cayendo mientras esperas, y no a que alguien te rescate precisamente, pero el fuego se aproxima, y te estás quemando hasta el puto raciocinio
Qué coño haces? sálvate, agárrate, piensa, reacciona
Negocio con la botella, le ofrezco un trato y espero que me conteste. intento que razone por mí, pero ya ni me entiende
Qué triste, digo
porque sé que voy a seguir rozando el suelo, fumando hondo y largo y esquivando cualquier modo de chocar, acercándome milímetro a milímetro, lentamente, tal y como pasa el tiempo cuando te tengo cerca, porque he perdido el control sobre mí, por ti, contigo, a consecuencia de ti, no lo sé
y no sé si quiero recuperarlo
y ahora yo ya no sé qué soy, ni si estoy, ni si me ves
y lo siento.